Juan tiene 18
meses y entró este año a la escuela infantil. Pero como el niño aun no
camina, su maestra Ana está preocupada. Los demás niños de la clase ya
dan sus pasos y son más autónomos que Juan.
Aprender
a andar es un gran logro que supone para los niños un gran esfuerzo
físico y psicológico. Por regla general, el inicio de la marcha autónoma
suele ocurrir a los 12 meses, aunque aun requieren ayuda. Y se
considera normal hasta los 15 o 18 meses.
La
edad a la que los bebés dan sus primeros meses varía de un niño a otro
por diversas causas. Unos intentan ponerse de pie a los siete o nueve
meses, otros puede que no lo hagan por falta de confianza, o de
motivación, y otros, tardan mucho porqué gatear les resulta más cómodo y
se lo toman con mucha calma.
Ana
siempre puede prevenir a los padres y pueden consultar con el pediatra
por si se trata de un problema motor, si se quedan más tranquilos. Pero
primero tendría que preguntar a los padres de Juan si le ofrecen el
apoyo que necesita para aprender a andar. Pues, si no ayudan a Juan a
desarrollarse para adquirir su nueva habilidad, no podrá adquirirla por
él solo.
Los
padres pueden estimular al niño, por ejemplo, poniendo objetos que le
gustan fuera de su alcance para que intente levantarse, ofrecerle la
mano o ambas manos, enseñarle a empujar un carrito, etc.
En el caso de que el niño no tenga ningún problema motor, entre Ana y un especialista podrían preparar una serie de actividades para motivar al niño y ayudarle en la tarea de empezar a andar..
Es
imposible saber la causa exacta por la que un bebé tarda más o menos en
dar sus primeros pasos, cada uno tiene su ritmo de desarrollo. En
ocasiones, una caída o un golpe fuerte en los primeros intentos pueden
crearle inseguridad y miedo, motivando su retraso. De modo que, en mi
opinión, no tienen que preocuparse por si es un retraso motor, más bien
deben ocuparse de que Juan esté estimulado para empezar a andar.

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